16 oct 2014

CON EL MAZO DANDO

“La Guardia Civil deja inconsciente a palos a un inmigrante y lo devuelve atado de pies y manos a Marruecos”. Con este titular, publicado por algunos periódicos, se daba a conocer la actuación de la Benemérita en la frontera melillense el pasado día 15 de octubre. Lamentablemente, no es la primera vez que titulares de semejante calibre aparecen en la prensa. Uno siente impotencia al ver (porque también hay videos) cómo se pisotean los Derechos Humanos en nuestro país. 
Con estas actuaciones, la Guardia Civil incumple claramente la Ley de Extranjería, el convenio bilateral con Marruecos e incluso su propio protocolo operativo. Las imágenes que la ONG Prodein ha difundido no dejan lugar a dudas, los agentes españoles incumplen la ley. Recordemos que el coronel de la Guardia Civil que ha dirigido este polémico operativo, Ambrosio Martín Villaseñor, está imputado por ordenar devoluciones en caliente. Las tristemente famosas devoluciones en caliente no son nuevas, pues los Gobiernos del PP y del PSOE llevan efectuándolas desde hace unos 13 años. Estas prácticas son ilegales porque, como decía antes, incumplen la Ley de Extranjería, por la cual, las personas que accedan a España deberán de ser trasladadas a dependencias policiales, donde se les abrirá un procedimiento de expulsión con asistencia letrada e intérprete, y con la posibilidad de solicitar asilo. Con las devoluciones en caliente estos derechos no se respetan. Eso, sin mencionar la “lluvia” de palos que les caen a las personas que intentan saltar la dichosa valla, gentileza de la Guardia Civil al amparo del Ministerio del Interior y del Gobierno de España. 
Por desgracia, el llamado Instituto Armado, también es utilizado de vez en cuando por el Gobierno para otros fines, como la represión del movimiento obrero, estudiantil o simplemente ciudadano. Aunque para esos menesteres ya estén las UIP (Unidades de Intervención Policial). Pero bueno, ese es otro asunto. 
No quisiera concluir este artículo sin mencionar que también hay agentes que cumplen con su deber sin tener que incumplir la ley. Personas con vocación de servicio, dispuestos siempre a ayudar a los demás. Conviene reseñar esto, sobretodo para que no me cojan demasiada antipatía las señoras y señores agentes de Arcos y pedanías. Ya saben que mi crítica es siempre constructiva. 

Miguel Ángel Rincón Peña