3 jul 2014

A LA AMISTAD...

¿Recuerdan aquella canción de The Beatles, “With a little help from my friends”? Originalmente en la voz del gran Ringo Starr, y que luego, muchos otros artistas versionaron. Quizá la interpretación más famosa fuera la de Joe Cocker (muy recomendable ver el video de la actuación de Cocker cantando esta canción en el famosísimo festival Woodstock, en 1969). 
Pues bien, la otra tarde estaba escuchando la citada canción y mientras el disco daba vueltas en el plato, se me venían a la cabeza todos esos amigos y amigas que, en una época pasada, hace muchos años, fueron buenas amistades y que hoy en día, por diferentes motivos, casi ni el saludo nos damos. 
Seguro que a ustedes, queridos lectores, también les sonará esta historia. Los malentendidos, la desidia, el distanciamiento progresivo, etc., son algunos de los motivos que suelen provocar la quiebra de la amistad. Retomar de nuevo esas relaciones no es nada sencillo, pues ya se sabe que el ser humano es muy propenso a ir dejando las cosas importantes para otro momento, y ese “momento” nunca llega. También está el problema de que la otra parte, o sea, el antiguo amigo, quiera o no retomar aquella antigua amistad. Sin duda, hay personas que no se lo merecen, pues en el pasado, jugaron un papel funesto. A esas personas es mucho mejor dejarlas allá dónde estén. 
Yo entiendo por amistad a aquellos compañeros que siempre estaban cuando se les necesitaba, personas con las cuales se compartían los mejores momentos, conversaciones, secretos, etc. Uno nota esa sensación de amistad cuando existe plena confianza y buen rollo. 

Jorge Luis Borges escribió una poesía llamada “Poema a la amistad”, y comenzaba así: 

“No puedo darte soluciones / para todos los problemas de la vida, / ni tengo respuestas para tus dudas o temores, / pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti. / No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. / Pero cuando me necesites, estaré allí. / No puedo evitar que tropieces. / Solamente puedo ofrecerte mi mano / para que te sujetes y no caigas.” 

Como decía antes, no hay que dejar las cosas importantes para mañana, tenemos que hacerlas hoy mismo, porque el mañana no existe. 

Miguel Ángel Rincón Peña