16 mar 2011

LA PACHAMAMA

En la antigüedad, antes de que los españoles entraran a sangre y fuego en el continente americano, los pueblos andinos creían en la Pachamama, o lo que es lo mismo, la Madre Tierra. Los quechuas y los aymaras, entre otros, consideraban al Planeta como un ser vivo, que siente y sufre como nosotros lo hacemos. La Pachamama era respetada y recibía ofrendas por parte de estos pueblos sabios. La Madre Tierra estaba conectada con sus hijos a través de los manantiales, de los árboles, de la lluvia, de las plantas mágicas.
Son los pueblos indígenas actuales los que siguen conectados con la Madre Tierra. Las tribus africanas, las diferentes etnias del mundo son conscientes de la importancia que tiene el respeto hacia el Planeta.

La mayoría de nuestras mentes occidentales no son capaces de recapacitar y llegar a sentir esa conciencia planetaria tan necesaria para poder convivir con todos los elementos que nos rodean. Desde nuestras urbes vemos a esos pueblos indígenas como poco más o menos que australopitecos con taparrabos y lanzas. Pero la realidad es que los australopitecos somos nosotros, los modernos ciudadanos que contaminan los mares y el aire, que talan los bosques, que arrasan las selvas, que desvían los cauces de los ríos, que matan y maltratan a otros animales. Pero la Madre Tierra (Pachamama, Gaia, etc.) de vez en cuando se defiende de nuestros ataques y nos avisa de su inmenso poder.
Hace solamente unos días, la Tierra tembló en Japón y un Tsunami arrasó con todo lo que pilló a su paso. "Casualmente", también causó severos daños en las centrales nucleares de Fukushima. Una semana después de los hechos, seguimos en alerta nuclear, a la espera de que se solucione el problema, para que Fukushima no se convierta en el nuevo Chernobyl.

Ayer leía en un periódico que Zapatero anuncia una revisión de las centrales nucleares españolas. Y es que ya lo dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Al final va a resultar que los del movimiento antinuclear no estaban tan locos. Pidamos a los Gobiernos que respeten nuestro Planeta utilizando energías renovables y limpias, quizá así nos vaya mejor a todos.

Miguel Ángel Rincón Peña