Como ya se habrán enterado, otro año que España hace el ridículo en Eurovisión, y van ya…
En esta ocasión, Daniel Diges, ha quedado en la posición decimoquinta. Es un puesto ridículo pero como resulta que en otros años pasados se ha quedado muchísimo peor y que en esta edición se coló un espontáneo cuando cantaba el español, se ha disimulado un poco el fracaso eurovisivo. A mi modo de ver, España presentó más de lo mismo, una canción de lo más “ñoña” interpretada por un cantante no menos “ñoño”.
Como imaginaran, a mi me importa bien poco todo lo que rodea a Eurovisión, ni siquiera sé quiénes eligen y con qué criterios a la canción y al artista que representará a este país, lo que sí sé es que tienen un mal gusto impresionante. Miren a los turcos, presentan al certamen a un grupo de Rock y van y quedan los segundos.
Y es que, queridos lectores, en España siempre se apuesta por lo hortera, por la música enlatada, dejando la calidad, la originalidad y el buen gusto en un segundo plano. Pero esta circunstancia no es nueva, sucede en nuestro país no solamente con la música, sino en todos los aspectos de la vida. Y así nos va. Por ejemplo, miren el panorama político estatal, dónde está la calidad y la originalidad en el congreso de los diputados, son todos aburridos, cortados por el mismo patrón. Y qué me dicen del bipartidismo al que nos quieren acostumbrar PP-PSOE, PSOE-PP, tanto monta, monta tanto. Todo el tiempo tirándose los trastos a la cabeza, todo el tiempo igual, los unos criticando a los otros y viceversa. No piensan en otra cosa que no sea conseguir más cotas de poder. Para ellos no somos personas, sino votos con patas. Quieren que seamos sus autómatas, y usan a sus medios de comunicación para conseguirlo. Y lo más triste es que lo están consiguiendo.
Pero volviendo a Eurovisión, imaginen que el año que viene, representa a España el Rosendo, Luis Eduardo Aute o Javier Krahe. Entonces sí que me pegaría a la pantalla de la tele y me declararía fans incondicional del concurso, pero como eso es imposible (no creo que ni Rosendo, Aute o Krahe quisieran participar), pues me dedicaré a criticar la bazofia que presentarán el año que viene. Como si lo viera.
Miguel Ángel Rincón Peña
En esta ocasión, Daniel Diges, ha quedado en la posición decimoquinta. Es un puesto ridículo pero como resulta que en otros años pasados se ha quedado muchísimo peor y que en esta edición se coló un espontáneo cuando cantaba el español, se ha disimulado un poco el fracaso eurovisivo. A mi modo de ver, España presentó más de lo mismo, una canción de lo más “ñoña” interpretada por un cantante no menos “ñoño”.
Como imaginaran, a mi me importa bien poco todo lo que rodea a Eurovisión, ni siquiera sé quiénes eligen y con qué criterios a la canción y al artista que representará a este país, lo que sí sé es que tienen un mal gusto impresionante. Miren a los turcos, presentan al certamen a un grupo de Rock y van y quedan los segundos.
Y es que, queridos lectores, en España siempre se apuesta por lo hortera, por la música enlatada, dejando la calidad, la originalidad y el buen gusto en un segundo plano. Pero esta circunstancia no es nueva, sucede en nuestro país no solamente con la música, sino en todos los aspectos de la vida. Y así nos va. Por ejemplo, miren el panorama político estatal, dónde está la calidad y la originalidad en el congreso de los diputados, son todos aburridos, cortados por el mismo patrón. Y qué me dicen del bipartidismo al que nos quieren acostumbrar PP-PSOE, PSOE-PP, tanto monta, monta tanto. Todo el tiempo tirándose los trastos a la cabeza, todo el tiempo igual, los unos criticando a los otros y viceversa. No piensan en otra cosa que no sea conseguir más cotas de poder. Para ellos no somos personas, sino votos con patas. Quieren que seamos sus autómatas, y usan a sus medios de comunicación para conseguirlo. Y lo más triste es que lo están consiguiendo.
Pero volviendo a Eurovisión, imaginen que el año que viene, representa a España el Rosendo, Luis Eduardo Aute o Javier Krahe. Entonces sí que me pegaría a la pantalla de la tele y me declararía fans incondicional del concurso, pero como eso es imposible (no creo que ni Rosendo, Aute o Krahe quisieran participar), pues me dedicaré a criticar la bazofia que presentarán el año que viene. Como si lo viera.
Miguel Ángel Rincón Peña