25 feb 2010

EL NEGOCIO DEL DISCO

Ayer mismo, hablaba con un amigo sobre un comentario que había dejado en una de las muchas redes sociales de Internet. Red social: Espacio cibernético donde la gente sube fotos (sobre todo las de los botellones con los amigos), hacen comentarios casi encriptados y debaten cosas intrascendentes.
Ese amigo había iniciado una discusión sobre la SGAE y el problema de la piratería y las descargas musicales por Internet. Ese es un tema que me interesa bastante, así que me metí en la dichosa red social de turno y me creé un perfil, una vez perdido el tiempo rellenando formularios me dispuse a contestar dando mi opinión en un comentario, os lo copio, pues creo que deja clara mi posición sobre este polémico tema.

El problema de la industria del disco versus piratería, está en el negocio (demasiado rentable) que se quiere hacer de esa actividad. A mi entender, se debería de bajar el precio de los discos hasta niveles más razonables y ser así, accesibles a toda clase de público y bolsillo. Pero no nos creamos que los que se dedican al negocio musical no comen. Los músicos, letristas, técnicos, diseñadores gráficos y el largo etcétera que trabajan en la industria discográfica tienen que ganar dinero para seguir conservando sus empleos. La cultura y el arte, también se paga y eso lo músicos lo saben bien, porque un disco se hace con mucha ilusión y trabajo, meses y meses de composición y grabación, intentando crear un buen disco, con un libreto lo más completo y original posible, y luego, cuando sale a la venta, se dan cuenta de que no han vendido ni uno sólo porque la gente se lo ha descargado por Internet. Quién tiene la culpa de que se produzca esa situación. Pues por una parte, la industria, que no abarata en lo posible los precios de los discos hasta el nivel del bolsillo medio. Por otra parte, nosotros, los consumidores, que queremos el último disco de fulanito de tal al instante y sin pagar ni un euro por él. Un libro (Best Sellers) no baja de los 15 - 20 €, un cuadro de un pintor puede llegar a valer, como poco, unos 300 €, una escultura más de lo mismo. El disco musical también es arte y tiene que tener su precio, aunque ya digo que tiene que ser un precio mucho más cercano al pueblo. Otra cosa bien diferente es que la SGAE quiera enriquecerse a costa de ese tan beneficioso negocio como es la Música y todo lo que la rodea. Se me queda pequeña la columna a la hora de hablar de la SGAE, quizá en otra ocasión me explaye.

Miguel Ángel Rincón Peña